Roballo

Noche del 28 de Abril en una playa de la costa central asturiana, de cuyo nombre no quiero acordarme......
Noche espléndida, temperatura agradable, ni una leve brisa siquiera. Mar bastante fuerte con golpón y pequeñas quedadas.
Cebo: El clásico, osea, filete de sardina. Caña intermedia, ni muy dura ni demasiado rígida. Cinco pescadores, cinco capturas en total.
La que se muestra en la foto fue capturada por mi hijo Martin sobre las 3,30 horas. Aparte salieron otras dos de algo mas de un kilo de peso y dos rayas. La compañía muy agradable, por cierto.
Sobre la hora citada y ya con pocas esperanzas de hacer otra captura, Martin lanza la caña con desgana, quedando un lance muy corto. Estaba cansado, pues había salido a las 6 de la mañana a la trucha y al llegar a casa, se marchó para el mar en compañía de dos de sus amigos. Dijo que era el último lance de la noche, así que le importaba un carajo que se hubiese quedado muy corto.
Al poco tiempo, mi socio y yo, que estábamos un poco alejados, oímos voces excitadas, carreras hacia el agua y un follón de la leche. Nos acercamos y ya habían sacado el roballo. Quedamos atónitos, ya que a pesar de que su peso no fue el esperado dado su tamaño, era una magnífica y preciosa pieza. Medía 93 centímetros de largo y pesó 7,600 Kgs.
Es un viejo macho, de ahí su figura estilizada. Si fuese una hembra cargada de huevas, su peso superaría los 9 kilos, seguramente.
Poco mas que contar, excepto la enorme alegría del pesquin, ya que nunca había capturado una pieza de este tamaño. Además con el orgullo de haber conseguido engañar a un viejo pez, que seguramente le supera en años.
En fin, una noche fantástica y como ya comentaba en la ultima entrada, hay que dar tiempo al tiempo.
!!! A por ellas, compañeros ¡¡¡